Francisco y Macau se conocieron por casualidad en una feria de arte en Madrid. Ambos estaban mirando una misma escultura cuando se dieron cuenta de que compartían la misma pasión. Decidieron intercambiar información y se hicieron amigos rápidamente. Joana y Janeiro se conocieron en una clase de yoga. Joana acababa de mudarse a la ciudad y estaba buscando nuevas amistades. Ambas se encontraron en una postura de meditación y se sonrieron. Al finalizar la clase, Joana se acercó a hablar con Janeiro y ambas descubrieron que tenían mucho en común. Desde entonces, se han convertido en inseparables.
