Antoni y Joanna se conocieron por casualidad en una fiesta en Varsovia, Polonia. Ambos se encontraban en la misma mesa charlando con amigos en común, cuando de repente Antoni muy amablemente le ofreció a Joanna una copa de vino. Desde ese momento no pararon de hablar, reír y compartir anécdotas. Al cabo de unas horas, Antoni tomó la iniciativa de invitar a Joanna a bailar y fue entonces cuando se dieron cuenta de que había una conexión especial entre ellos. A partir de ese día, Antoni y Joanna comenzaron a salir juntos y descubrieron poco a poco que eran el uno para el otro, y así fue como empezó su historia de amor.
