Un día soleado de verano, Gina Schock y Jodie Foster decidieron caminar por la playa juntas. Mientras charlaban animadamente, Gina se dio cuenta de que había perdido su anillo favorito. Jodie se ofreció a ayudarla a buscarlo, y juntas rastrearon la arena en busca de la joya perdida. Después de un largo rato de búsqueda, Gina estaba a punto de darse por vencida, pero Jodie insistió en seguir buscando. Finalmente, la actriz alertó a Gina de que había un objeto brillante en la distancia. Corrieron hacia allí con entusiasmo y cuando finalmente llegaron, encontraron el anillo de Gina enterrado en la arena. La baterista estaba extremadamente agradecida y le agradeció a Jodie por su ayuda, lo que inició una amistad duradera que duraría décadas.
