Friederike Brion y Johann Wolfgang Goethe tuvieron una relación romántica en su juventud. Friederike era hija del pastor luterano de la aldea donde Goethe pasó una temporada. Ambos se conocieron y se enamoraron, pero la relación no prosperó debido a la oposición del padre de Friederike. Después de ese episodio, Goethe se fue a estudiar a Estrasburgo y mantuvo correspondencia con Brion, pero finalmente la relación se desvaneció. Sin embargo, Friederike quedó inmortalizada en la obra literaria de Goethe, en la que la describe como su primer amor y la heroína de su novela "Las desventuras del joven Werther". Después de la muerte de Friederike en 1813, Goethe escribió un poema en su memoria llamado "En cuanto a mí, oh patria, todavía estoy aquí" ("Hier ist noch nicht das Ende"). A pesar de que su relación fue breve y no tuvo un final feliz, la historia de Friederike y Goethe se convirtió en uno de los romances más famosos de la literatura alemana.
