Un día, Aubrey-Graham y Johanna-Leia coincidieron en una tienda de discos en Toronto. Ambos se encontraron revisando la misma sección de vinilos y comenzaron a hablar sobre su amor por la música. Descubrieron que tenían unos gustos muy similares y empezaron a recomendarse sus artistas favoritos. La conversación fue tan fluida que decidieron salir a tomar un café juntos en un bar cercano. Allí, descubrieron que también compartían el amor por la poesía y la literatura. La noche fue pasando entre risas, charlas y canciones, y poco a poco se dieron cuenta de que habían conectado de una forma especial. Finalmente, al despedirse, acordaron volver a verse pronto. Así comenzó una verdadera historia de amor entre estos dos jóvenes artistas que nunca hubieran imaginado encontrarse en una tienda de discos, pero que el destino unió en ese momento y lugar precisos.