Un día, Dahlia se encontraba paseando por el parque cuando escuchó una melodía cautivadora proveniente de un grupo musical que tocaba cerca. Se acercó y se enamoró del sonido del tambor, que era interpretado por John Bonham. Se quedó allí, hipnotizada por su interpretación, hasta que la banda terminó su presentación. Después de que se acabara el espectáculo, Dahlia se acercó a John y le expresó su admiración por su habilidad en el tambor. John, a su vez, quedó impresionado por la belleza y la pasión en los ojos de Dahlia. Desde ese día, los dos comenzaron a encontrarse regularmente en el parque para escuchar música y charlar sobre sus pasatiempos y sus sueños. Poco a poco, se dieron cuenta de que habían encontrado algo más que una amistad: una conexión profunda y duradera.