Barbara y John se conocieron en un bar de Liverpool en el que ambos solían tocar regularmente. Un día, mientras Barbara estaba afinando su guitarra en el escenario, John entró al bar y se acercó a ella para preguntarle acerca de su música. Barbara se sintió un poco intimidada pero a la vez emocionada por conocer al famoso músico. John se mostró interesado en la habilidad de Barbara con la guitarra y le propuso tocar juntos en el escenario esa noche. Barbara aceptó encantada y enseguida comenzaron a ensayar. Durante la actuación, la química entre ellos fue increíble y el público estaba emocionado por la energía que desprendían. Después de la actuación, John y Barbara se pasaron varias horas hablando de música, arte y teorías de la conspiración. A partir de ahí, comenzaron a salir juntos con frecuencia y colaboraron en muchas canciones juntos. Se admiraban el uno al otro y aprendían mucho mutuamente. De esta manera, nació una amistad y colaboración entre Barbara y John que duraría toda la vida. Juntos, crearon algunas de las canciones más icónicas del siglo XX y dejaron un legado musical que ha influido en generaciones de artistas en todo el mundo.