Dorothy y John se conocieron en un bar de Nueva York. Él acababa de terminar su jornada laboral como contable y ella había ido a tomar una copa después de un día agotador en el teatro. La música de jazz en vivo llamó la atención de ambos y comenzaron a conversar sobre su amor por la música. Compartieron varias rondas de bebidas y, a medida que la noche avanzaba, se dieron cuenta de que tenían en común mucho más que su amor por la música. Intercambiaron números de teléfono y acordaron verse nuevamente. Lo demás, como dicen, es historia. Se convirtieron en inseparables y su amor mutuo floreció de manera espectacular con el pasar de los años.
