Un día, Jonah Hill estaba en una cafetería de Nueva York, revisando su guión para su próxima película. Mientras tanto, Olivia Millar-i entró en la cafetería y se acercó a la mesa en la que estaba sentado Jonah. Al ver que estaba escribiendo algo, ella se dio cuenta de que era un guión y le preguntó sobre su trabajo. Jonah, encantado con su entusiasmo, compartió con ella detalles sobre su próxima película. Impresionada por su conocimiento y habilidad para escribir, Olivia le ofreció su ayuda para el casting. Jonah, agradecido por la oferta, aceptó y desde entonces han trabajado juntos en varios proyectos. Ahora son grandes amigos y colaboradores creativos.