Jonathan-Murphy y Angie-Cole se conocieron en una tarde soleada mientras caminaban por el parque. Jonathan, con su guitarra a cuestas, buscaba un lugar tranquilo para sentarse y tocar algunas canciones. Angie, por su parte, paseaba a su mascota, un tierno cachorro llamado Rufus. Cuando Jonathan comenzó a tocar la guitarra, Angie se detuvo a escuchar. Los acordes y la melodía lo cautivaron de inmediato y se acercó a él para felicitarlo por su talento. Pronto comenzaron a conversar, a compartir anécdotas y risas, descubriendo que tenían muchas cosas en común. Rufus, la mascota de Angie, jugueteaba a su alrededor y, en un momento, se acercó a Jonathan. Él no pudo resistir acariciar al pequeño cachorro y Angie apreció su amabilidad con los animales. Después de un rato, Jonathan y Angie se despidieron, pero intercambiaron números de teléfono y acordaron verse para tomar un café otro día. A partir de ese momento, comenzaron a salir juntos, y así nació una bella historia de amor, que siempre recordarán como el día en que la música y el amor se encontraron en el parque.