Era una tarde de verano y Jorge Acuña estaba disfrutando de un helado en la plaza, cuando de pronto vio a una chica caminando hacia él. Era Valentina Roth, que estaba buscando un lugar para sentarse y descansar un poco. Al ver el helado de Jorge, Valentina no pudo resistirse y empezó a conversar con él sobre su sabor favorito. Enseguida se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común, como su amor por la música y el cine independiente. Poco a poco, fueron conociéndose mejor y descubriendo que compartían muchos intereses y pasatiempos. A partir de entonces, Jorge y Valentina empezaron a salir juntos y a compartir momentos inolvidables. Así fue como nació su gran amistad, que con el tiempo se convirtió en algo más. En esa tarde de verano, Jorge y Valentina encontraron el inicio de un camino juntos que todavía continúa.