José del Val, el antropólogo más reconocido de España, y Ana Colchero, una destacada arqueóloga, se conocieron en un congreso internacional en México. Durante una mesa redonda sobre la influencia de la cultura prehispánica en el arte contemporáneo, José y Ana intercambiaron puntos de vista interesantes y respetuosos, lo que llamó la atención del resto de los asistentes. Después de la sesión, se encontraron en el hall del hotel donde se alojaban y, hablando de manera relajada, descubrieron que tenían muchas similitudes en sus investigaciones y enfoques. A partir de ese momento, no pudieron dejar de conversar. Ana se sorprendió de la habilidad de José para explicar de manera sencilla su compleja área de estudio, además de su ingenio y sentido del humor. José, por su parte, estaba impresionado por la capacidad de Ana para integrar tecnologías innovadoras en su trabajo, lo que le permitía llegar a conclusiones mucho más precisas. A partir de ese momento, se convirtieron en amigos y colegas cercanos, y colaboraron en numerosos proyectos de investigación.