Francine Fournier y Joseph Meeks se conocieron en un bar de la ciudad. Francine estaba pasando un mal momento en su vida, y decidió salir a tomar algo para liberar la mente. Joseph, por otro lado, acababa de mudarse a la ciudad y estaba explorando los diferentes lugares. Cuando vio a Francine en el bar, se acercó a ella y le preguntó si estaba bien. Francine le contó un poco sobre sus problemas, y Joseph la escuchó con atención. Fue en ese momento que Francine se dio cuenta de que Joseph era diferente a los demás hombres que había conocido. No sólo era cariñoso y preocupado por ella, sino que también tenía un gran sentido del humor y era muy inteligente. A lo largo de la noche, siguieron hablando y riendo juntos, y desde entonces han sido inseparables. Hoy en día, Francine y Joseph siguen juntos, compartiendo cada momento de sus vidas el uno con el otro.
