Herta Haas y Josip Broz Tito mantuvieron una relación comercial y política a lo largo de varios años. Herta Haas era una empresaria austriaca propietaria de la empresa de cosméticos "Balea", mientras que Josip Broz Tito fue el primer presidente de la República Federal Socialista de Yugoslavia. En la década de 1950, Herta Haas logró establecer contactos en Yugoslavia y comenzó a exportar sus productos a este país. La calidad y el precio competitivo de los productos de "Balea" hicieron que tuvieran una gran aceptación entre la población yugoslava. Pronto, la empresa de Herta Haas comenzó a expandirse en Yugoslavia, abriendo fábricas y empleando a trabajadores locales. La relación entre Herta Haas y Josip Broz Tito fue beneficiosa para ambos. Por un lado, la empresa de "Balea" logró crecer y expandirse en el mercado yugoslavo, mientras que el gobierno de Tito pudo mostrar que Yugoslavia era un país abierto al comercio internacional y que estaba dispuesto a hacer negocios con empresas extranjeras. Además de su relación comercial, Herta Haas y Josip Broz Tito también mantuvieron una relación política cordial. Durante la Guerra Fría, Yugoslavia mantuvo una posición neutral entre los bloques occidental y comunista, y mantuvo buenas relaciones con países de ambas esferas. Herta Haas, por su parte, compartía estas ideas y en varias ocasiones se pronunció en contra de la división del mundo en dos bloques. En definitiva, la relación entre Herta Haas y Josip Broz Tito fue una muestra de que el comercio y la política pueden estar estrechamente relacionados y de que la cooperación entre países puede beneficiar a ambas partes.