Juan Pablo y Melina se conocieron en el parque central de la ciudad. Ambos caminaban por el mismo sendero cuando Melina tropezó con una piedra y cayó al suelo. Juan Pablo, que estaba cerca, corrió para ayudarla. Melina estaba avergonzada, pero Juan Pablo la tranquilizó y le ofreció su mano para ayudarla a levantarse. Desde ese momento, no pudieron dejar de hablar y se enamoraron inmediatamente. Ahora, años después, siguen juntos y más enamorados que nunca.