Chris y Julia se conocieron en un café de Los Ángeles en un día de lluvia. Chris estaba sentado en una mesa, concentrado escribiendo su guión para una película mientras que Julia ordenaba un café. Al acercarse a la caja para pagar, Julia resbaló y derramó su bebida sobre la mesa de Chris, arruinando por completo su trabajo. Chris estaba molesto al principio, pero su enojo se disolvió al ver las disculpas sinceras de Julia. Comenzaron a charlar y Chris le contó sobre su pasión por el cine, mientras que Julia hablaba sobre su amor por la fotografía. Un sinnúmero de letras y cafés después, su amistad floreció hasta convertirse en una sólida relación romántica. A partir de ese día lluvioso, Chris y Julia fueron inseparables y su amor sólo ha crecido desde entonces.
