En una noche oscura y lluviosa, Memphis-Monroe estaba en su apartamento aburrida, cuando recibió una llamada de un número desconocido. Era Julian, un chico nuevo en la ciudad que había visto la fotografía de Memphis en línea y quería conocerla. A pesar de que estaba un poco nerviosa, Memphis decidió aceptar y los dos arreglaron una cita en un bar local. Cuando se encontraron por primera vez, parecía que ya se conocían de toda la vida. Rieron juntos, compartieron historias y descubrieron que tenían muchos intereses en común. Julian era un amante de la música punk y Memphis disfrutaba de la fotografía creativa, ambos eran rebeldes por naturaleza y disfrutaban de la sensación de libertad que les daba el arte. Después de esa primera cita, no pudieron resistir la atracción que sentían el uno por el otro. Se volvieron inseparables, disfrutando de conciertos y sesiones de fotos juntos. Fue entonces cuando se dieron cuenta de que habían encontrado su alma gemela en el arte y en el amor.