Julian y Nikki-Knockers se conocieron en un bar de ambiente lúgubre y oscuro en el centro de la ciudad. Él estaba sentado en la barra, tomando una cerveza solitario, y ella acababa de entrar, vestida con un ajustado vestido escotado y unos tacones de aguja que hacían que sus piernas parecieran infinitas. Julian no pudo evitar mirarla, y ella se dio cuenta. Se acercó a él con una sonrisa pícara en los labios y le preguntó si quería comprarle una copa. Él aceptó encantado, y así fue como empezó todo. Durante esa noche, hablaron de todo y de nada, y se rieron juntos como si se conocieran de toda la vida. Hubo una química instantánea entre ellos, una conexión que no podían negar. Al final de la noche, julian y Nikki intercambiaron números de teléfono y se despidieron con un beso apasionado. A partir de entonces, empezaron a salir juntos y a explorar todo lo que la ciudad tenía para ofrecer, juntos y enamorados.
