Un día soleado de verano, Louis estaba caminando por las calles de París, tocando su guitarra y buscando inspiración para su próximo concierto. De repente, escuchó una hermosa voz que cantaba desde una ventana al otro lado de la calle. Louis no pudo resistirse a la curiosidad y se acercó a la ventana, donde vio a Julie Delafosse cantando con su guitarra. Louis se sintió atraído por su talento y decidió presentarse. Desde ese día, Louis y Julie empezaron a trabajar juntos en su música, creando una conexión especial que se traducía en la perfecta armonía en cada nota que tocaban. Así nació una amistad y colaboración que duraría para siempre.