Un día soleado en San Francisco, Kirk caminaba por las calles de la ciudad con su guitarra en la mano, buscando inspiración para su próximo riff. De repente, escuchó un joven y hermosa voz cantando una canción de Metallica a lo lejos. Kirk siguió la voz hasta encontrar a Julie, una modelo de cabello castaño y ojos verdes, quien no podía dejar de cantar los temas de su banda favorita. Kirk quedó cautivado por la pasión que Julie sentía por la música de Metallica y rápidamente iniciaron una emocionante conversación en la que descubrieron una conexión inmediata mientras intercambiaban anécdotas de su música favorita. Después de esa tarde, Kirk y Julie se volvieron inseparables y comenzaron a salir juntos, compartiendo su amor por la música y apoyándose mutuamente en sus carreras. Hoy en día, son una de las parejas más fuertes del mundo del rock.