Julio César y Pompeya eran esposos en la antigua Roma. Pompeya era hija de Quintus Pompeyo Rufo y se casó con Julio César en el año 67 a.C. La pareja no tuvo hijos, pero gozaron de una relación respetuosa y cordial hasta que fue manchada por un escándalo. En el año 62 a.C. se celebraba la fiesta de las mujeres romanas Bona Dea en la casa de César. La fiesta estaba restringida a mujeres y se prohibía la presencia de hombres. Sin embargo, un hombre que se disfrazó de mujer logró infiltrarse en la fiesta y fue descubierto. Este hombre era Publio Clodio Pulcro, un político enemigo de César. El escándalo fue tal que el divorcio entre César y Pompeya se consideraba inevitable aunque la esposa de César no tenía conocimiento de lo sucedido. Julio César, para proteger la reputación de su familia, decidió divorciarse de Pompeya. Aunque ella no tenía conocimiento directo de la traición de Publio Clodio, en la Roma antigua se consideraba que la esposa de César era responsable de los invitados a su casa. Con el divorcio, ella fue alejada de la familia y de la vida política. Pompeya sobrevivió a su esposo, quien fue asesinado en el año 44 a.C. Finalmente, no se sabe mucho sobre la vida de Pompeya después del divorcio.
