Un día, Justin Bieber estaba dando un paseo por las calles de Los Ángeles cuando se topó con Shay Misuraca en un pequeño café. Al principio, se miraron con curiosidad, pero luego decidieron sentarse juntos y charlar un rato. Justin estaba impresionado por la pasión de Shay por el medio ambiente y hablaron largo y tendido sobre cómo cada uno podría ayudar a hacer del mundo un lugar mejor. Descubrieron que tenían tanto en común y simplemente no querían dejar de hablar. Al final de su café, Justin dio a Shay su número de teléfono y le pidió que lo llamara para volver a encontrarse. Shay no podía creer que había conocido a Justin Bieber en un lugar tan casual, pero estaba emocionada de haberlo hecho. Desde entonces, Justin y Shay han mantenido una amistad cercana y han trabajado en varios proyectos ecológicos juntos. Han visto el mundo en muchos rincones y acampado en los lugares más remotos de la naturaleza. Shay sabe que nunca habría conocido a Justin si no hubiera sido por el pequeño café en Los Ángeles y está agradecida por la casualidad del destino que los unió.
