Karen y Sharpe se conocieron en una librería en pleno centro de Nueva York. La primera estaba buscando un libro sobre arquitectura y el segundo, sobre fotografía. Al pasar por la misma estantería, se toparon y comenzaron a charlar. Se dieron cuenta de que tenían en común su pasión por el arte y la creatividad, y no mucho después se hicieron amigos. Por otro lado, Mark y Damon se conocieron en una cafetería cercana a la Universidad donde ambos estudiaban. Mark observaba a Damon y no podía dejar de pensar en lo parecido que era a su hermano, quien había fallecido unos años atrás. Al tener la valentía de acercarse, señaló lo que pensaba a Damon, quien se emocionó hasta las lágrimas. Desde ese momento conectaron de una manera muy especial.