Karin-Dicker y Steven-Kallman se conocieron en una feria de arte en Nueva York. Ambos estaban admirando una pintura surrealista cuando notaron que estaban parados uno al lado del otro. Al principio, solo intercambiaron sonrisas educadas, pero luego Steven-Kallman comentó sobre la técnica del artista y Karin-Dicker respondió con entusiasmo sobre el simbolismo detrás de la obra. A partir de ese momento, comenzaron a discutir sobre arte y literatura, y se dieron cuenta de que tenían intereses comunes. Intercambiaron números y continuaron su conversación en un café cercano. Después de unas pocas citas, se dieron cuenta de que eran el uno para el otro y comenzaron una relación. Ahora, comparten su amor por el arte y la cultura, y siempre recuerdan con cariño cómo se conocieron en esa feria de arte.
