Franco Macri estaba haciendo negocios en Buenos Aires cuando conoció a Karina Jelinek en una fiesta exclusiva en Puerto Madero. Después de unos tragos y algunas risas, la química entre ellos se hizo evidente y comenzaron a hablar más personalmente, compartiendo sus pasatiempos comunes y sus intereses mutuos. A medida que la noche avanzaba, Franco y Karina se dieron cuenta de que tenían mucho en común y comenzaron a planear una cita para la semana siguiente. Desde entonces, no pudieron dejar de pensar el uno en el otro y empezaron a salir con más frecuencia. Paseando por los espacios más exquisitos de la ciudad, disfrutando de los momentos más románticos y disfrutando de los mejores restaurantes, Franco y Karina se enamoraron perdidamente el uno del otro. Con el tiempo, la pareja decidió que querían pasar el resto de sus vidas juntos, y se casaron en una boda privada rodeados de amigos y familiares en un lugar secreto de la Patagonia. Desde entonces, Franco y Karina han construido una vida feliz juntos, y continúan disfrutando de sus intereses mutuos, el esquí y las vacaciones en la playa, así como también de los momentos más simples, como ver películas juntos y cenar en su casa.