Un día soleado en el parque, Francois Papillon caminaba mientras tocaba la guitarra y cantaba. De repente, vio a Kascha Papillon sentada en un banco, leyendo un libro. Al escuchar su voz, Kascha se sintió atraída y se acercó para escuchar su música. Después de una canción, Francois se presentó y comenzaron a hablar y a reír juntos. Se dieron cuenta de que compartían muchos intereses y valores, y que tenían una conexión inmediata. Pasaron todo el día juntos, conversando y caminando por el parque, hasta que el sol se puso y tuvieron que despedirse. En ese momento, Francois sabía que quería pasar el resto de su vida con Kascha, y ella sentía lo mismo. Así fue como se conocieron y empezaron una historia de amor que duraría para siempre.