Gaetano y Katharine se conocieron en un pequeño café en el centro de la ciudad. Gaetano había estado sentado solo en su mesa, trabajando en su portátil mientras bebía un café, cuando Katharine llegó y se sentó en la mesa justo al lado de la suya. Después de un breve intercambio de miradas y sonrisas tímidas, Gaetano finalmente decidió presentarse y comenzar una conversación con Katharine. Descubrieron que tenían gustos similares en libros y música y rápidamente empezaron a hablar de todo y de nada. Después de unas horas de charla, Gaetano finalmente se atrevió a invitar a Katharine a salir. Afortunadamente para él, ella aceptó su invitación y desde entonces han sido inseparables.