Christopher-Lee y Katherine-Snow se conocieron en una feria de arte en París. Ambos estaban observando una pieza de arte en particular cuando accidentalmente tropezaron y cayeron al suelo. Se dieron cuenta de que tenían una conexión instantánea y comenzaron una conversación sobre su amor por el arte. Después de intercambiar información de contacto, Christopher-Lee la invitó a acompañarlo en un festival de música en Berlín esa misma semana. A partir de ese momento, su amor por el arte se convirtió en una relación llena de aventuras e inspiración creativa que nunca olvidarán.
