Katie y Wagner se conocieron en una cena de negocios en Nueva York. Él estaba hablando acerca de invertir en nuevos proyectos innovadores y ella se acercó a la mesa para presentarse. Desde el primer momento hubo una conexión especial entre ellos y se dieron cuenta de que compartían una pasión por el emprendimiento. Después de esa noche, Katie y Wagner siguieron hablando y finalmente decidieron formar un equipo para llevar a cabo un proyecto ambicioso. Cuando comenzaron a trabajar juntos, descubrieron que se complementaban perfectamente: la creatividad y visión de Katie se combinaba con la experiencia y habilidades de Wagner. Juntos, lograron llevar su idea a un éxito rotundo y su amistad y sociedad se fortalecieron con cada desafío que enfrentaron juntos. Pasado un tiempo, presentaron su proyecto en una conferencia de emprendimiento en España, donde conocieron a Leif y Lewis. Rápidamente se dieron cuenta de que compartían ideales y valores similares, y decidieron formar un equipo para inspirar a otros a perseguir sus sueños. De esta forma, nació una amistad y una asociación que cambiaría sus vidas para siempre.
