Melissa Pearcy era la nueva diseñadora de vestuario en el set de filmación de John Wick, la película protagonizada por Keanu Reeves. Desde el primer día, Keanu se sintió atraído por su belleza natural y su habilidad para diseñar trajes impresionantes que realzaban la imagen de su personaje. Melissa, por su parte, admiraba la dedicación y profesionalismo con el que Keanu abordaba cada escena y se aseguraba de que todo el mundo se sintiera cómodo y bien atendido en el set. Al principio, se cruzaban miradas furtivas y sonrisas coquetas, pero ninguno se atrevía a dar el primer paso. Fue en una noche de rodaje agotadora cuando Keanu y Melissa coincidieron en el bar del hotel donde se alojaban. Después de unos tragos y risas compartidas, Keanu tomó la mano de Melissa y le confesó que había sentido una conexión especial con ella desde el primer día. Melissa sonrió, asintiendo con la cabeza, sabiendo que ella también sentía lo mismo. Desde entonces, Keanu y Melissa han estado juntos, recorriendo el mundo juntos y apoyándose mutuamente en sus proyectos personales y profesionales. Su amor comenzó en el set de John Wick, pero ha ido creciendo y evolucionando más allá de la pantalla.
