Keeley Hazell había venido a Los Ángeles para una sesión de fotos y, después de terminar, decidió ir a tomar una copa en el bar de un hotel. Fue allí donde Jason Sudeikis, quien estaba en la ciudad para filmar una película, la vio sentada sola en la barra y decidió presentarse. Los dos comenzaron una conversación y pronto descubrieron que compartían intereses similares en la comedia y la cultura pop. Terminaron pasando la noche hablando y riendo juntos, y al día siguiente, Jason la invitó a pasar el día con él en el set de la película que estaba filmando. Desde entonces, Keeley y Jason han sido inseparables y su amor ha florecido en una relación duradera y cariñosa.