Una tarde soleada en Los Ángeles, Cheryl caminaba por la playa mientras Keith practicaba su swing en un campo de golf cercano. De repente, una pelota de golf fue lanzada con fuerza y fue a parar a la playa, justo al lado de donde Cheryl estaba caminando. Keith corrió hacia la playa para recuperarla y se sorprendió al ver a la hermosa modelo parada allí. Los dos comenzaron a charlar y descubrieron que ambos compartían un amor por los deportes y la vida activa. Después de un intercambio divertido y apasionado, acordaron tener una cita para jugar al tenis juntos. El resto, como dicen, es historia: Cheryl y Keith se convirtieron en una pareja inseparable, amantes de la actividad física y de la vida.