Kendra-Jade y Alec-Metro se conocieron en una librería en pleno centro de la ciudad. Ambos estaban buscando el mismo libro y casualmente se encontraron en la sección de literatura clásica. Al principio, se quedaron unos minutos callados, hasta que Kendra-Jade decidió tomar la iniciativa y preguntarle a Alec-Metro si se había leído algún libro interesante últimamente. Alec-Metro, un poco sorprendido, respondió con una sonrisa y le recomendó un libro que había leído recientemente. A partir de ahí, empezaron a hablar de sus intereses en la literatura y enseguida se dieron cuenta de que tenían muchos gustos similares. Poco a poco, la conversación se fue alargando, hasta que se dieron cuenta de que habían pasado horas hablando sin darse cuenta del tiempo que había transcurrido. Fue entonces cuando decidieron intercambiar números de teléfono y quedar para charlar en otra ocasión. Desde entonces, Kendra-Jade y Alec-Metro se convirtieron en grandes amigos y compañeros de lectura, siempre dispuestos a compartir sus opiniones sobre los libros que leían. Incluso llegaron a formar un club de lectura junto a otros aficionados a la literatura, pero siempre recordarán ese primer encuentro casual en la librería que les cambió la vida.
