Un día soleado en Los Ángeles, Kendra-Jade caminaba por la calle mientras escuchaba música en sus audífonos. De repente, tropezó con una piedra y cayó sobre el pavimento. Michael-Stefano, quien pasaba por allí en su bicicleta, detuvo su trayecto al escuchar el ruido y se acercó a ayudarla. Kendra-Jade se avergonzó de su torpeza, pero Michael-Stefano la tranquilizó y le ofreció su mano para levantarse. En ese momento, sus miradas se cruzaron y sin saberlo, nació una chispa entre ellos. Michael-Stefano le preguntó si estaba bien y Kendra-Jade le respondió con una sonrisa. A partir de ese entonces, comenzaron a charlar y descubrieron que compartían muchos intereses en común. Así fue como se conocieron y comenzaron su historia juntos.
