Kim Basinger y Mitchell Stone se conocieron en una fiesta en Los Ángeles, donde ella se encontraba con algunos amigos y él estaba de paso visitando a su primo. Mitchell se acercó a Kim para pedirle un trago y desde el primer momento sintieron una atracción mutua. Empezaron a hablar y descubrieron que compartían muchas cosas en común, como su amor por la música y el cine. Además, eran ambos de Georgia y habían crecido en ciudades cercanas. Durante toda la noche, se rieron, bailaron y hablaron sin parar. Kim se sintió atraída por la manera en que Mitchell la miraba y por su sonrisa sincera. Mitchell, por su parte, quedó encantado con la belleza y la inteligencia de Kim. Al final de la fiesta, Mitchell le pidió el número de teléfono a Kim y acordaron salir a tomar un café al día siguiente. Desde entonces, no se separaron más y comenzaron una historia de amor que duraría muchos años.
