¿Quién queda con quien?

King Leopold III y Princess Astrid Sophie Louise Bernadotte of Sweden

¿Cómo es la relación entre...?

¿Están juntos...?

La relación entre el rey Leopoldo III de Bélgica y la princesa Astrid de Suecia, hija del príncipe Carl Bernadotte de Suecia, se remonta a la década de 1920 cuando se conocieron en un baile en Bruselas. Se enamoraron y se comprometieron en 1926, y se casaron en la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula en Bruselas el año siguiente. El matrimonio fue muy querido por el pueblo belga, que veía en la princesa Astrid una figura carismática y entrañable que representaba la felicidad de la juventud y la esperanza de futuro, mientras que el rey Leopoldo III era una figura respetada y admirada por su sabiduría y su dedicación a su pueblo. Juntos tuvieron tres hijos: Joséphine Charlotte, nacida en 1927, Baudouin, nacido en 1930, y Alberto, nacido en 1934. Sin embargo, su felicidad se vio truncada cuando, en 1935, la princesa Astrid murió en un accidente automovilístico en Suiza mientras manejaba ella misma con su marido a su lado. La tragedia conmovió profundamente a la nación belga, y el rey Leopoldo III sufrió un intenso dolor por la pérdida de su esposa y compañera de vida. Con el tiempo, se recuperó lo suficiente para continuar llevando a cabo sus deberes reales, pero nunca se recuperó completamente de la pérdida. En 1940, cuando las tropas alemanas invadieron Bélgica durante la Segunda Guerra Mundial, el rey Leopoldo III se rindió a los nazis y fue hecho prisionero por ellos. Fue liberado en 1945, pero su actitud durante la guerra lo llevó a controversias y enfrentamientos con la población y con sus propios familiares, incluyendo su hermano el príncipe Carlos, así como con su propio hijo Baudouin, quien se opuso abiertamente a su padre y su política colaboracionista con los nazis. La relación entre el rey Leopoldo III y la princesa Astrid, entonces, es siempre recordada como una de las historias de amor más románticas en la historia de Bélgica y Suecia, y sus nombres seguirán siendo recordados como una muestra del amor verdadero y apasionado que supera incluso las barreras más difíciles.