Michael y Kinga se conocieron en una fiesta en Los Ángeles. La música estaba sonando fuerte y la gente bailaba, pero Michael estaba sentado en una esquina del salón, bebiendo de su vaso. Kinga se acercó a él y le preguntó por qué no estaba bailando. Él simplemente respondió que no le gustaba la música. Kinga no se rindió tan fácilmente y le dijo que ella también prefería otros géneros musicales. Comenzaron a hablar y se dieron cuenta de que compartían muchos otros intereses en común, como el amor por los libros de ciencia ficción y el buen café. Finalmente, Michael se levantó y le pidió a Kinga que bailara con él. Fue un momento mágico, bailando juntos y compartiendo risas. Así fue como Michael y Kinga comenzaron su historia de amor. Desde esa noche, se volvieron inseparables. Sabían que habían encontrado algo especial el uno en el otro y estaban dispuestos a hacer lo que fuera necesario para mantener su relación. Y así es como se convirtieron en una pareja feliz, compartiendo buenos momentos juntos y enfrentando los desafíos de la vida juntos.
