Paul y Kirsty se conocieron en un festival de cine en Cannes. Mientras veían una proyección de una película, Paul accidentalmente derramó su bebida sobre Kirsty. Después de ofrecerle sus disculpas, Paul y Kirsty comenzaron a hablar y descubrieron que compartían una pasión por el cine y la cultura. Continuaron charlando durante toda la noche y, a partir de entonces, se convirtieron en amigos cercanos y colaboradores creativos en varios proyectos cinematográficos.