Un día, Kevin-Stefka decidió hacer una caminata por el bosque para despejarse. Mientras exploraba, se topó con una hermosa flor y decidió tomar una foto de ella. Justo en ese momento, Kristin-Meyer-Singer pasaba por allí, también admirando la belleza de la naturaleza. Al ver que Kevin se acercaba a la flor que ella también estaba observando, decidió acercarse y preguntarle sobre su interés en la fotografía. La conversación fluyó fácilmente entre ellos y se dieron cuenta de que compartían una pasión por la naturaleza y la fotografía. Desde ese día, comenzaron a salir juntos y explorar el bosque en pareja mientras capturaban momentos mágicos con su cámara.
