Kushina-uzumaki se encontraba paseando tranquilamente por las calles de la ciudad cuando de repente vio a Federica-trucchia sentada en un banco, llorando desconsoladamente. Sin pensarlo dos veces, Kushina se acercó a ella y le preguntó qué le sucedía. Resulta que Federica acababa de tener una discusión con su novio y se sentía muy triste y sola. Kushina decidió acompañar a Federica y juntas fueron a tomar un café cerca de allí. Durante la conversación, descubrieron que ambas compartían muchos intereses y aficiones en común, lo que las llevó a pasar toda la tarde juntas. Esa noche, Federica le agradeció a Kushina por haberla hecho sentir mejor y le propuso que se convirtieran en amigas. Desde entonces, Kushina y Federica se han convertido en inseparables y han vivido muchas aventuras juntas. A menudo hablan sobre aquel primer encuentro y ambas coinciden en que fue una suerte haberse encontrado en aquel momento y lugar. Ahora, Kushina y Federica saben que nunca estarán solas mientras tengan la amistad de la otra.