Un día, Mateusz-Krol se encontraba caminando por las calles de Varsovia cuando de repente se topó con Laura-Breszka, quien también paseaba por aquel lugar. De inmediato se sintieron atraídos el uno al otro y comenzaron a conversar. Descubrieron que ambos tenían muchas cosas en común, como el amor por la música clásica y la fotografía. Decidieron intercambiar números de teléfono y empezaron a salir juntos. Desde entonces, no se han separado nunca más y siguen disfrutando de su mutua compañía en cada uno de sus intereses y aventuras.
