Laura y Gastón se conocieron en un bar de Palermo. Laura estaba con unas amigas, celebrando su cumpleaños, mientras Gastón estaba solo tomando una cerveza después del trabajo. En un momento, Laura se acercó al bar para pedir otra copa y Gastón le ofreció pagar la bebida. Ella, aunque al principio un poco reacia, acabó aceptando y comenzaron a hablar. Resultó que tenían varios conocidos en común y compartían intereses similares. La charla fue amena y animada, y en un momento dado Gastón le propuso ir a bailar salsa esa misma noche. Laura, emocionada por la invitación, aceptó con una sonrisa. Esa noche bailaron hasta el amanecer y desde entonces no se han separado. Ahora, dos años después, son inseparables y felices juntos.
