Leigh-McCullough y John-Roosevelt-Boettiger se conocieron en una tienda de libros de segunda mano en Nueva York. Los dos estaban buscando el mismo libro raro, y en el momento en que encontraron la misma copia del libro, las manos de ambos se encontraron. Desde ese momento, ambos supieron que habían encontrado algo especial. Comenzaron a conversar y descubrieron que tenían muchos intereses en común, desde la poesía hasta la política. Decidieron salir a tomar un café y ahí fue donde surgieron chispas reales. El resto es historia.
