Miriam Hopkins y Leland Hayward tuvieron una larga y complicada relación. Se conocieron en los primeros años de la década de 1930, cuando él era un importante productor teatral y ella una actriz prometedora. Hayward, que estaba casado en ese momento, se enamoró perdidamente de Hopkins y la convenció para que dejara su carrera en Hollywood y se uniera a él en Nueva York. Juntos, trabajaron en una serie de producciones teatrales y cinematográficas, y se convirtieron en una de las parejas más influyentes del mundo del espectáculo. Sin embargo, la relación entre Hopkins y Hayward era tumultuosa, en parte debido a la naturaleza apasionada de ambos. Se separaron varias veces, y en una ocasión, Hopkins llegó a casarse con otro hombre. Sin embargo, ella y Hayward siempre terminaban volviendo el uno al otro. A finales de la década de 1940, la relación finalmente se deshizo. Hopkins nunca se volvió a casar y se retiró del cine en la década de 1950. Hayward, por otro lado, se casó dos veces más y se convirtió en uno de los productores más exitosos de Hollywood. A pesar de las dificultades de su relación, Miriam Hopkins y Leland Hayward siempre se mantuvieron en contacto y seguían siendo amigos cercanos hasta la muerte de ella en 1972.
