Un día de verano en Santiago, Flavia y Leo se encontraron en un evento de moda. Flavia estaba modelando en la pasarela mientras que Leo estaba trabajando como fotógrafo. Cuando terminó el desfile, Leo se acercó a Flavia para felicitarla por su trabajo y para preguntarle si podía tomarle algunas fotos. Flavia aceptó y juntos exploraron los rincones más hermosos de Santiago para encontrar el lugar perfecto para la sesión de fotos. Durante ese día, se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común y que se llevaban muy bien. Al final de la sesión de fotos, Leo le pidió a Flavia su número de teléfono y desde entonces no se han separado.