Joan y Leslie se conocieron en una tarde soleada de primavera en el parque de la ciudad. Ambos se encontraban sentados en un banco, disfrutando del clima y admirando la belleza del lugar. De repente, sus miradas se encontraron y sintieron una conexión instantánea. Comenzaron a hablar y se dieron cuenta de que tenían mucho en común, desde su amor por la música hasta su pasión por los deportes al aire libre. Pasaron horas conversando y riendo juntos, sin siquiera darse cuenta del tiempo que había pasado. Finalmente, el sol comenzó a ponerse y tuvieron que despedirse, pero acordaron volver a encontrarse en el mismo lugar al día siguiente. A partir de entonces, se convirtieron en inseparables y comenzaron una relación que duró muchos años. Nunca dejaron de mirarse como lo hicieron la primera vez en aquel banco del parque, sabiendo que el destino los unió en el lugar correcto y en el momento perfecto.
