Mark Sanchez y Lindsay McCormick se conocieron en un evento benéfico en Los Ángeles. Allí, en medio de la multitud, sus miradas se cruzaron y algo mágico sucedió. Se acercaron entre sonrisas y comenzaron a hablar, como si se conocieran de toda la vida. La energía que emanaba de sus cuerpos era imparable y parecía envolver todo a su alrededor. Mark le preguntó a Lindsay si quería bailar y ella aceptó encantada. Juntos bailaron toda la noche, como si nadie más estuviera en el salón. Desde esa noche, Mark y Lindsay fueron inseparables, y nunca dejaron de sentir la emoción de esa primera mirada y ese primer baile.