En una soleada tarde de verano, Lisa Lipps se encontraba caminando por las calles de Los Ángeles cuando, de repente, se topó con un bar muy concurrido. Decidió entrar para refrescarse con una bebida fría y relajarse un poco. Mientras se sentaba en la barra y disfrutaba de su bebida, Lisa notó que un hombre pelirrojo de mirada intensa la observaba de reojo desde el otro extremo del bar. Al principio, decidió ignorarlo y continuar disfrutando de su bebida. Sin embargo, el hombre se acercó a ella y se presentó como Mark Davis. Poco a poco, Lisa y Mark comenzaron a conversar y descubrieron que tenían muchas cosas en común. Ambos eran amantes de la música y de las actividades al aire libre, lo que hizo que se sintieran atraídos el uno por el otro. Después de unas horas hablando, Mark le propuso a Lisa que salieran a pasear juntos y ella aceptó. Pasaron el resto de la tarde recorriendo la ciudad, riendo, cantando y compartiendo sus sueños e ilusiones. Desde entonces, Lisa y Mark han sido inseparables y han construido una relación llena de amor, respeto y complicidad.
