Liv Ullmann y Jerry Brown tuvieron una relación romántica en la década de 1970, cuando Brown era gobernador de California y Ullmann iniciaba su carrera en Hollywood. A pesar de que se llevaban bien, la relación no duró mucho tiempo y terminaron separándose. Ullmann nunca habló públicamente sobre su relación con Brown, mientras que él sí la mencionó en su autobiografía "Diary of a Zen Lunatic", donde señaló que la actriz noruega era "una de las mujeres más atractivas" que había conocido. En entrevistas posteriores, Ullmann dijo que le gustaba Brown por su compromiso social y su postura progresista sobre temas como la ecología y los derechos civiles. Sin embargo, también señaló que la vida en la política no era lo suyo y prefirió mantenerse enfocada en su carrera como actriz y directora de cine.
