Un día soleado de verano, Lorie French Singer estaba caminando por las calles de París cuando de repente se topó con Roby Schinasi en una pequeña cafetería local. Ambos estaban esperando su café y casualmente iniciaron una conversación sobre el clima y el ambiente de París. Desde el primer momento, Lorie y Roby sintieron una conexión especial y empezaron a intercambiar sus historias de vida y sus pasiones en común como la música y los viajes. Después de aquella charla, decidieron continuar su conversación dando un paseo por las calles parisinas y descubrieron que compartían muchas otras cosas, como sus gustos culinarios y su afición por el arte. Esa tarde, Lorie y Roby se prometieron seguir en contacto y desde entonces han mantenido una amistad cercana que ha trascendido los océanos y las fronteras culturales.
